Los cubanos de adentro estamos próximos a una nueva etapa de dificultades con el Estado Cubano. A un año desde que Raúl Castro abandonara la silla de la Presidencia del Consejo de Estado y de Ministro y de asumir esta Díaz-Canel, las cosas en sentido general están peor. Pero, ¿cómo está la estructura y la superestructura del organismo de dirección del estado cubano?
Un análisis de las informaciones filtradas de los plenos del Comité Central, echan por tierra la implantación del “Nuevo Modelo Económico y Social”, que se pretende instaurar en Cuba desde el 2012. Muchos proyectos y directrices se han tomado a partir de esa fecha y no han funcionado. Seis años no bastaron para implementar una correcta estrategia y varias veces se reestructuró la implementación.
Hoy nadie se ha puesto de acuerdo en las altas esferas para hacerlo. La Comisión de Implementación no logró la unión de los organismos, organizaciones, entidades y hombres que desde sus puestos de trabajo y órganos de dirección fueran capaces de orientar, capacitar, apoyar, controlar y rendir cuentas de manera oportuna de las formas de gestión que se estaban realizando. Todo ello demuestra una falta de identificación con lo que se está gestando por parte del oficialismo cubano. Los jefes que deben realizar la labor de implantación, son jefes sin la menor visión, integralidad, llenos de temores en la toma de decisiones personales para prever dificultades por temor a las represalias por los costos. Los beneficios serán para otros bolsillos y eso los retiene, entre otras formas de pensar. La situación se ha convertido en un problema extremo político, algunos de los objetivos trazados se desviaron de lo orientado y no se llegó a la toma de decisiones oportuna.
Uno de los lineamientos a ejecutar es el llamado Ordenamiento Monetario. Varias veces se ha hablado del tema y eso ha llevado a los cubanos a acudir a las Cajas Recaudadoras de Divisa (CADECA), a realizar cambios de los dineros que poseen fruto de la lucha que tienen que realizar día a día para la subsistencia. En algún momento un funcionario dijo que lo cogieran con calma, que no fuéramos a la CADECA, que en su momento se avisaría cuándo y cómo se procederá. ¡Con esos truenos, quien duerme!
Los Trabajadores por Cuenta Propia han evidenciado su potencialidad. Esta forma de trabajo ha demostrado ser una actividad económica seria y eficiente. Cuyos resultados son fruto de la labor personal sin que medien en medida alguna los organismos del estado cubano. Bajo la presencia del artículo 30 de la Constitución de la República,
“La concentración de la propiedad en personas naturales o jurídicas no estatales es regulada por el Estado, el que garantiza además, una cada vez más justa redistribución de la riqueza, con el fin de preservar los límites compatibles con los valores socialistas de equidad y justicia social. La ley establece las regulaciones que garantizan su efectivo cumplimiento.”
Los controladores de la economía crean las herramientas para controlar si hay algún enriquecimiento del propietario, y se toman medidas para eliminar este tipo de actores. Ya se han disparado las riquezas de muchos de los Trabajadores por Cuenta Propia y muy próximo estarán a la vista de todos, las nuevas regulaciones que harán la vida de los mismos mucho más complejas.
El pueblo cubano merece un futuro mejor, con libertades para expresarse y desarrollarse. Sus hijos necesitan un cambio.