La población cubana, amenazada ahora también por el Coronavirus COVID 19, está sufriendo, además del peligro de la pandemia, las consecuencias de la falta de previsión y la ineficacia del sistema económico y político impuesto por el régimen castrista.
La escasez de medicamentos y alimentos es ya parte de la azarosa cotidianidad de los cubanos, cargada de angustias para adquirir lo indispensable para la vida, ahora amenazada, por ser las colas una de los riesgos de contagiarse de esta nueva y rara enfermedad y otras enfermedades respiratorias muy comunes en el país.
Las limitaciones que sigue imponiendo el Régimen a los Trabajadores por Cuenta Propia ha privado al país de un crecimiento rápido y sostenido que compense las carencias y crecientes demandas de la población, que el sistema de comercio y producción de las empresas estatales no han logrado satisfacer a lo largo de los 60 años de economía centralizada y que, contradictoriamente, solo ven en los cuentapropistas al sector que más ha crecido en los aportes al presupuesto a través de los tributos.
Si hasta ahora era insuficiente el abastecimiento de materias primas e insumos para la producción y los servicios que presta mayoritariamente el sector privado en Cuba, a partir de ahora este desabastecimiento será mucho mayor, por lo que la afectación a las llamadas formas no estatales de gestión, será de magnitudes incalculables, con la consiguiente repercusión negativa en los servicios que este sector creciente presta a la población.
Las anunciadas medidas de autorización de la importación de equipos y recursos son totalmente insuficientes, por la burocracia de las empresas importadoras y comercializadoras que multiplican los precios para garantizar una ganancia ficticia, lo que incrementa la carencia de productos y hace muy inestable su presencia en el mercado, lo cual pudiera ser resuelto si se autorizara la importación libre de los principales renglones de materias primas e insumos. Pero el Gobierno no está dispuesto a permitirlo para mantener el monopolio del comercio exterior.
Las ataduras económicas no se superarán si no cambia realmente la mentalidad y la valoración del papel del sector privado en la economía cubana, si no se garantiza la plena libertad económica, que es la base de la libertad social y política verdadera.
Durante el año 2020 la crisis afectará todos los aspectos de la vida de la sociedad cubana. Todos pagaremos una cuota más grande de escases y limitaciones por la tozudez del Régimen a continuar con la centralización económica. Los Trabajadores por Cuenta Propia cubanos queremos y podemos contribuir a mejorar la vida de nuestro pueblo, pero el Régimen no lo permite pues ello sería la demostración de la ineficacia del modelo económico vigente.