Aún seguimos en tiempos del letal coronavirus que azota el mundo y en el caso de Cuba no han sido pocos los problemas de la economía que se han destapado y otros que se han recrudecido. Problemas económicos estructurales que afectan y entorpecen directamente el bienestar del pueblo y cuya solución, en algunos casos, pudiera ser a mediano y largo plazos y otras, casi en su mayoría, cuyo horizonte se muestra complicado y difuso como el futuro de la realidad cubana.
En este sitio se ha insistido en la difícil situación que enfrentan los trabajadores por cuenta propia y sus familias debido a la suspensión temporal de los negocios particulares que son su principal fuente de ingresos. Este ha sido un tema muy polémico y con reflejo en las redes sociales, periódicos, instituciones independientes e inclusive en los medios oficiales.
Pero, qué hay de la compleja situación de los trabajadores del sector estatal del país, ya sea presupuestario o empresarial, debido a la crisis sanitaria por la Covid 19 y las nuevas medidas tomadas por las autoridades cubanas para su enfrentamiento.
Si bien es cierto que a todos los trabajadores que estén bajo condición de interruptos, sin excepción como estable la Ley 116 Código del Trabajo, se les garantizó el 100% del salario básico durante el primer mes de afectación y el 60% durante el resto de los meses que durara la pandemia, mientras que para todo aquellos que se mantuvieran trabajando directamente en su puesto o a través de la modalidad de teletrabajo o trabajo a distancia mantendría su salario íntegro. También es cierto que a los trabajadores del turismo, así como los empleados en muchas otras esferas y sectores de la economía afectados por las severas restricciones de movilidad, se les dio la oportunidad de ocupar otros puestos, muchas veces distantes de su formación o de su anterior trabajo.
Pero en muchos casos, cuán garantes resultan esos salarios, cuánto realmente pueden garantizar esos trabajadores con el 60% de sus salarios básicos. Pongámonos entonces en el lugar de un profesional de la gastronomía, un especialista en turismo, un funcionario del gobierno u otros tantos trabajadores cuyo salario básico mensual no sobrepasa los 700,00 pesos, y el 60% representa 420,00 pesos al mes para afrontar la realidad económica de la Cuba de estos días.
En la Cuba actual los precios se han disparado enormemente por la casi insignificante oferta y la muy exuberante y creciente demanda y donde los insuficientes productos básicos fuera de lo normado han triplicado o quintuplicado su valor. Donde la ansiedad y la desesperación hacen presas de gran parte de la sociedad ante la escasez de alimentos que se hace cada más visible y que condiciona el comportamiento de los consumidores ante las colas.
Ante este escenario tan desalentador y hostil qué se puede hacer con 420,00 pesos de ingreso mensual donde un tubo de pasta dental “nada más” te cuesta 100,00 pesos y los módulos de aseo personal y del hogar y alimentos que generosamente distribuye el Gobierno no bajan de los 100,00 pesos. Pero realidad se torna mucho más difícil para aquellos que solo reciben 240,00 pesos que representan el 60% de los 400,00 CUP, salario mínimo en Cuba o los pensionados que representan el 30 por ciento de la población.