Un informe elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana y publicado en febrero de este año refleja algunas de las dificultades que tienen los trabajadores por cuenta propia y las cooperativas para desarrollar sus respectivas actividades. Aunque creemos que el informe no retrata de manera completa todas las limitaciones, sino que se concentra en algunas de tipo operativo, creemos que es un documento de recomendada lectura.
«La cubana es una economía dirigida en la que las empresas estatales dependen del presupuesto y de las decisiones de las autoridades. El papel de los agentes económicos es muy distinto del que sus homónimos cumplen en una economía de mercado. Se trata de una estructura muy jerarquizada y disciplinada en la que todos cumplen las normas establecidas y las directrices («orientaciones») que las inspiran. En los últimos años se ha permitido la aparición de cooperativas no estatales y también de trabajadores por cuenta propia que operan con otras premisas aunque tienen muchas limitaciones en cuanto a su operatividad.»(…)
«Trabajo por cuenta propia. A finales de 2016 el número de cuentapropistas autorizados en 210 actividades económicas aceptadas alcanzó la cifra de 535.000. Las actividades con mayor representación son las de elaboración de alimentos, arrendamiento de viviendas y transporte de carga y pasajeros.»
«Los cuentapropistas carecen de personalidad jurídica lo que conlleva problemas variados, pero su mayor dificultad radica en la falta de acceso estable a las materias primas y suministros necesarios para su actividad, por lo que ante la ausencia de mercado mayorista y la Resolución de septiembre de 2013 que reafirmaba la prohibición de comercializar productos adquiridos en la red minorista o importados, muchos de estos negocios privados se abastecían en el exterior. Para evitar la utilización de los márgenes de importación personal con fines comerciales, entraron en vigor el 1 de septiembre de 2014 las Resoluciones 208/2014 de la Aduana General de la República y la 300/2014 del Ministerio de Finanzas y Precios, que complementan la 206 y 207/2014 de la Aduana, con el objetivo de limitar los envíos de mercancías con fines comerciales por vía aérea, marítima o postal. La nueva normativa redujo los límites autorizados para la importación no comercial y aumentó los aranceles, con lo que se cerró el principal canal de suministro de los cuentapropistas.»
«La forma de gestión no estatal preferida, por desarrollar la iniciativa privada «sin cambiar la naturaleza de la propiedad» es la regulada por el Decreto Ley 305 y demás normas, publicado el 11 de diciembre de 2012, que autorizó la creación de Cooperativas no Agropecuarias. Estas cooperativas, integradas por un mínimo de tres personas, trabajan en sectores como la gestión de mercados agropecuarios, transporte, pesca, gastronomía, servicios personales y domésticos, recuperación de materias primas, producción de materiales y servicios de construcción. Fijan los precios de acuerdo con la oferta y la demanda excepto en los productos que el Estado determine y tienen libertad de elegir a sus proveedores. Los cooperativistas no son los dueños de los locales ni de los medios de producción, sino que pueden alquilárselos al Estado.»
«En la actualidad hay en torno a 397 cooperativas no agrarias constituidas (de las 498 aprobadas desde abril 2013). Su autorización es larga y compleja pues en última instancia requiere el visto bueno del Consejo de Ministros a diferencia de la autorización de las licencias de un negocio privado que se otorgan habitualmente con gran rapidez. Sus problemas principales son el abastecimiento de materias primas a precios más bajos que el mercado minorista estatal, el acceso a maquinaria, equipos y repuestos y las limitaciones para interactuar con el sistema empresarial estatal, el área económica de mayor volumen del país, dado que frecuentemente las empresas estatales no están autorizadas o habituadas a comprar, vender o contratar con ellas. Un último elemento es la falta de una política crediticia efectiva que fomente el cooperativismo.»
«En conclusión, las nuevas figuras de «Cuentapropistas» y «Cooperativas no Agrícolas», a pesar de su rápido desarrollo en número y aportación al PIB en este periodo, no han terminado todavía de calar en el tejido productivo con suficiente fuerza por la fuerte regulación y los obstáculos legales que encuentran. El mayor cuello de botella que impide un mayor desarrollo es la falta de un mercado mayorista de insumos y la prohibición de importar y de revender productos adquiridos en el mercado minorista.»