Mientras avanzan las medidas correspondientes a la 2da y 3ra fases de la Recuperación Post-Covid, en la mayoría de las provincias cubanas, excepto La Habana, se hacen más evidentes las grietas de la economía cubana, en particular, la producción de alimentos y la comercialización de productos de 1ra necesidad, entiéndase, los productos de aseo personal y limpieza que, después de más de dos meses de desabastecimiento total de alimentos.
En el occidente, los servicios de transporte siguen prácticamente paralizados y los transportistas privados pueden ejercer su actividad solo dentro de sus provincias, limitando significativamente sus ingresos y dejándose de prestar así un servicio imprescindible y de alta demanda para la población de las provincias limítrofes, la situación aún es más grave porque él Gobierno tampoco brinda el servicio de tanta necesidad, aunque sea solo para los hospitales y centros especializados capitalinos con categoría de nacionales.
En la capital la represión y persecución a Trabajadores por Cuenta Propia sigue incrementándose. En el decurso de los últimos 35 días se han retirado más de 280 licencias y se han aplicado un número creciente de multas por supuestas violaciones de las medidas sanitarias y regulaciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Salud pública, respectivamente.
Para este observador de la región occidental, los más afectados con esta situación tan irregular son los pobladores y consumidores que no tienen solución a sus necesidades o tiene que pagar, cada vez más altos los precios por los productos y servicios de primera necesidad generados en la espiral inflacionaria. Por otra parte, e igual de grave, se ha desatado una sui generis competencia entre las provincias para ver quién detecta más casos connotados de delitos económicos para publicarlos en la Televisión, está práctica se ha convertido en una vía para lograr ascensos y estímulos a los agentes del Ministerio del Interior, la Policía política y los jefes y funcionarios del Gobierno y el Partido Comunista que dedican gran parte de tu tiempo a estos asuntos y desatienden los verdaderos problemas de la alimentación, el transporte y la falta de medicamentos, ente otros.
No obstante, resulta relevante que en todo este periodo no se haya planteado ni siquiera por error la posibilidad de debatir públicamente la situación por la que pasa los trabajadores por cuenta propia en la todavía presente crisis sanitaria. Y, en aras de su futuro, se debería abrir un debate nacional entorno a sus derechos a condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, libertad sindical y derecho de huelga y al derecho a la asistencia social por falta de ingresos y a la gestión de riesgos más allá de sus aportes a la seguridad social.