La calle Martí se encuentra en el centro de la ciudad de Pinar del Rio, perteneciente a la provincia de igual nombre al occidente de Cuba. El suceso que narro no es aislado ni es casual, tristemente ocurre en la cotidianidad del cubano.
Las tiendas en Moneda Libremente Convertible, MLC, llegaron a Cuba angustiosamente para quedarse. Son el ejemplo vivo de las diferencias de clases y los privilegios de unos pocos sobre la mayoría. También son una fuente de ingreso y especulación para un grupo nada despreciable. La gran escasez de productos de consumo humano en el mercado en moneda nacional obliga a que muchos cubanos se vean obligados a ir a estas tiendas. Los que no reciben el MLC tienen que comprarlo por transferencias entre personas que rondan los 78 pesos en moneda nacional.
La tienda Panamericana ubicada en la calle de referencia en una de las convertidas para la venta en MLC. Los trabajadores de dicho establecimiento han encontrado un medio muy especulativo de subsistencia. Los consumidores que se tienen que pasar varias horas en una fila para poder entrar, protestan constantemente ante el irrespeto. Resulta que los trabajadores reciben tarjetas de cuentas bancarias de personas fuera del establecimiento y les compran los productos guardándolos para recoger en otro horario. Incluso las compran con sus propias tarjetas para luego recibir transferencias. Acciones estas que hacen en confabulación con revendedores.
Ante quejas de la población en diferentes instancias del Gobierno y el Partido, la respuesta y la acción esperada es totalmente nula. Según se comentaba en la fila de entrada, los funcionarios e inspectores no hacen nada, ni se meten en esto, porque ellos también se benefician. Hay que ver a la hora de cerrar la tienda como aparecen los carros de los dirigentes.