El Gobierno cubano volverá a reducir gastos en 2018 tras dos años de recortes —según recogió el viernes el periódico estatal Granma—, en momentos en que se profundiza la crisis de Venezuela, su más cercano aliado en la región, lo que supone otro golpe a sus finanzas.
La Habana comenzó a recortar el pasado año las importaciones y reducir el uso de combustible, así como de electricidad. Su economía entró en recesión por primera vez en casi un cuarto de siglo, recordó Reuters.
Elías Amor (Economista)
La decisión es suicida en términos macroeconómicos. En una economía, reducir el gasto del gobierno, sin un incentivo al sector privado, provoca un desplome de la demanda agregada generando menos crecimiento y bienestar.
En el caso de Cuba donde el estado posee una participación destacada en el PIB esta decisión de recortes presupuestarios puede acarrear un grave malestar social que termine en un estallido violento. El año 2017 puede acabar siendo mucho peor que el anterior. La recesión de la economía cubana puede llevar a un nuevo periodo especial, mucho peor que el anterior.
La premisa esencial (del Plan 2018) está en la capacidad de cumplir los compromisos productivos y de servicios, con el ahorro eficiente y reajuste de los indicadores de gastos en niveles inferiores al Plan 2017″, dijo el ministro de Economía, Ricardo Cabrisas, en una reunión del Consejo de Ministros.
Luego de la caída de los precios del petróleo en 2014, el Gobierno venezolano redujo los envíos de combustible subsidiados a La Habana, así como los pagos por los servicios profesionales de especialistas cubanos.
Otros gobiernos aliados y productores de crudo, como Angola y Argelia, tampoco tienen la misma cantidad de dinero para pagar por los servicios cubanos, y el auge del turismo local no ha podido atraer suficientes divisas.
El Gobierno cubano no publica información actualizada sobre su deuda, balanza de pagos y su cuenta corriente.
Yaxys Cires (Abogado, Asesor OCDH)
Recientemente Jaime García Legaz, ex secretario de Estado de Comercio español había expresado que “Cuba está pasando por una situación económica difícil”… “hay impagos importantes…” En esa línea informa Reuters que existen problemas para repatriar ganancias debido a que los bancos -cubanos- no tenían liquidez para enviar el dinero al extranjero.
Esto confirma que el panorama macroeconómico venidero se tornará más complejo que el actual. La crisis política y económica de Venezuela, que amenaza con llevarse por delante al paupérrimo mecenas del gobierno cubano; las dificultades del turismo para crecer al ritmo y volumen necesarios; el poco avance de la inversión extranjera directa; el frenazo del proceso con Estados Unidos y la incertidumbre sobre su futuro, entre otras cuestiones, marcan la crisis actual. Sin embargo, pareciera que el gobierno optará una vez más por apretarle el cinturón a los ciudadanos antes que realizar una reforma legal, financiera y económica que relance la economía.
En su nota del viernes, Granma, órgano del Partido Comunista, hizo breve referencia a un informe de la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza Rodríguez, «sobre el comportamiento de las cuentas por pagar y por cobrar vencidas con cierre del año 2016, así como el correspondiente análisis de la evolución y tendencias de los impagos por organismos».
Según el medio estatal, Pedraza reconoció —sin entrar en detalles numéricos— que «se mantiene alta la concentración de deudas vencidas entre entidades del mismo sector de la economía, con las consecuentes cadenas de impagos, lo cual constituye un reflejo de los incumplimientos de los contratos económicos y la falta de liquidez de algunas empresas».
Raúl Castro admitió hace un año que el país estaba necesitado de dinero y agregó en diciembre que tenía problemas para pagar a proveedores, a los que agradeció por su paciencia.
La economía local se contrajo un 1,0% el año pasado, después de crecer en promedio un 3,0% en los últimos cuatro años, según datos manejados por el Gobierno.
De acuerdo con Reuters, diplomáticos y empresarios extranjeros han dicho que algunos emprendimientos conjuntos estaban teniendo problemas para repatriar ganancias debido a que los bancos no tenían liquidez para enviar el dinero al extranjero.