En el municipio de Artemisa, provincia del mismo nombre al occidente de Cuba hay un Concejo Popular conocido como Toledo. En la Circunscripción 26 existe una carnicería que pertenece a la bodega La dichosa, donde se despacha el pollo de la población y el pollo de dieta y niño con una periodicidad mensual por la libreta de consumidores.
La población que compra en este establecimiento a presentado varias quejas ante la oficina del administrador del lugar. La razón de estas quejas es porque el carnicero vende la carne por detrás del telón o por la izquierda, como se dice en la calle, a sobreprecio, afectando de esta forma a más de 500 consumidores. No existe sensibilidad por los niños, ancianos, embarazadas y enfermos que no reciben este necesario producto.
De la misma forma basan sus quejas en la baja calidad y confiabilidad de los medios de pesaje de los productos. Estos medios no están certificados por el ente encargado y no se controlan por la Dirección Municipal de Comercio ni por la Dirección Integral de Supervisión. De esta forma le roban descaradamente a los ciudadanos.
Cuando el pollo se acaba anotan a los afectados en un listado, le explican que en el próximo envío les repondrán el producto faltante y este nunca llega.
Las autoridades pertinentes están avisadas de la situación pero no actúan porque, según la voz populi, están comprometidos y esto les impide tomar acciones.