Granma, 2020.
En estos momentos de crisis mundial por la pandemia de covid, los campesinos cubanos tenemos una situación muy dramática y dura. Primero, por la falta de lluvia, llevamos 6 meses que no llueve, segundo, por la dejadez y abandono del Gobierno de las zonas rurales, y tercero, por la dichosa pandemia del Coronavirus que ha transformado para mal la vida en los campos de Cuba.
Nosotros los campesinos cubanos tenemos un reto grande: tratar de garantizar la alimentación de la pueblo bajo unas condiciones muy adversas, la falta de créditos con amortizaciones y bajos intereses, acceso a importaciones del exterior sin interferencias del Estado, utilización de semillas de última generación, poder obtener bienes y servicios utilizando los servicios de Tiendas Mayoristas y eliminar las trabas burocráticas que hacen que el cobro de las producciones agropecuarias se extienden en el tiempo y no se pueden utilizar rápidamente para nuevas inversiones, el uso del Gobierno de un sistema de control utilizando la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y cooperativas bajo control del Gobierno que en realidad son un freno al desarrollo agrícola y a la producción de alimentos.
En Cuba el 75 % de las tierras cultivables son propiedad del Estado y el 25 % están en manos de los productores privados, sin embargo, los productores privados producimos entre el 70 y el 75 % de los alimentos agrícolas y el Estado solo produjo entre el 25 y el 30% de los alimentos en Cuba. Estos datos han sido publicados por el propio Gobierno, lo que demuestra que el Sistema Estatal no funciona, por eso donde único hay comida en Cuba es en el noticiero. Si no se quitan todas las trabas actuales, en Cuba no hay posibilidades de que los campesinos podamos producir alimentos para el pueblo.