Momentos de incertidumbre y desasosiego son los que vive el planeta por la actual epidemia Covid 19, que con tal fuerza ha logrado paralizar al mundo entero y convertirse en el epicentro de las noticias internacionales.
Cuba no escapó de la mayor crisis sanitaria que ha vivido el Siglo XXI, afrontando hasta la actualidad casi mil cubanos infectados y decenas de muertes provocadas por el virus, sin mencionar la innumerable cifra de ingresados en hospitales por sospecha de contagio.
El nuevo Coronavirus ha puesto en crisis a todas las estructuras estatales y gubernamentales, colapsando la red de tiendas y mercados, la capacidad hospitalaria y d la salud a todos los niveles, la suspensión temporal del curso escolar para todas las enseñanzas, interrupción laboral en casi todos los sectores de la maltrecha economía, entre muchos otros impactos que ha conllevado al miedo y la incertidumbre de la gran parte de la población. Hoy en el caima hay millones de preguntas existenciales que no tienen respuestas en las palabras de los voceros y representantes del Régimen.
El sector privado cubano con más de 1 millón de trabajadores es uno de los sectores que más se ve afectado ante tales acontecimientos, no tanto por la pandemia sanitaria que ha perjudicado a todos, sino por la incapacidad del Gobierno para darle respuestas ante tal difícil situación.
Esmeralda Martínez, es de Santa Clara, trabajadora por cuenta propia*, tiene 61 años y en medio de su desesperación, accedió a conversar con el Observatorio de Derechos Económicos, ODE, sobre la situación por la que atraviesa por estos días de pandemia, contexto que pudiera muy bien coincidir con el de muchos cuentapropistas que como ella se sienten desamparados por parte del Gobierno.
ODE: ¿dígame qué actividad usted ejerce dentro del sector por cuenta propia?
E: Pues soy arrendadora de viviendas en divisas…en CUC…dos habitaciones…
ODE: ¿Hace cuánto tiempo que se dedica a esta actividad?
E: Ya hace 2 años y medio.
ODE: ¿Usted tenía su vivienda rentada cuando empezó la crisis del coronavirus?
E: Si, a una pareja de Perú, que fueron enviados para un hotel como parte de las medidas que el Gobierno tomó.
ODE: ¿Desde entonces no ha tenido más clientes?
E: Qué va!!!!!, ya llevo un mes sin trabajar.
ODE: ¿Pidió usted la suspensión de la licencia ante las instancias correspondientes?
E: Si, claro a los días de que los peruanos se fueron de la casa solicite la suspensión ante la oficina de Trabajo del municipio.
ODE: ¿Cómo ha pasado usted este mes sin sus ingresos habituales?
E: Bueno… he podido vivir gracias a unos ahorritos que tenía guardado, pero se están agotando y nadie sabe hasta cuándo dure esto de la pandemia y cuándo pueda volver a trabajar.
ODE: ¿Y qué piensa hacer al respecto?
Silencio prolongado….
E: La verdad es que no sé y eso me pone ansiosa y triste; yo estoy tratando de ahorrar lo más que puedo, pero sé que no va a durar mucho. Estoy muy preocupada.
ODE: Cuénteme Esmeralda ¿ha acudido a las autoridades en busca de apoyo o asistencia?
E: La verdad es que no, tengo una amiga que si lo hizo…creo que pidió un subsidio o algo así.
ODE: ¿Se refiere a la solicitud de ayuda por carencias de recursos?
E: Si eso mismo y nada de respuestas. Esa amiga si está en una situación grave. Ella no tiene dinero porque estaba haciendo arreglos en su casa y apareció esta sorpresita del virus. Lo peor– concluyó emocionada– es que como ella hay muchos y sé que pronto estaré en su situación.
ODE: Algo más que quisiera decir.
E: No, solo rogarle a Dios que todo mejore y que el Gobierno apoye a los cuentapropistas. Nosotros pagamos impuestos… pero…para ellos no somos importantes…
ODE: Esmeralda, cuando usted habla me parece como si reprochara algo al Gobierno cubano… ¿Usted se siente maltratada en su condición de cuentapropista?
La mujer asintió despacio. Dudaba.
ODE: Esmeralda, muchas gracias por atenderme.
E: Durante 31 años trabajé muy duro como maestra en una escuela primaria del reparto Condado…No fue fácil…Sali afectada de la voz por tanto esfuerzo.
ODE: ¿No lo consideraron como enfermedad profesional?
E: No. Y luego como trabajadora por cuenta propia me he sentido… me siento como si fuera una delincuente. Todo es difícil, me desgasta… y los inspectores son corruptos…en fin, mijo…
Palabras desalentadoras y ánimos destrozados las que nos transmitió Esmeralda. Son muchas las inquietudes, dudas y miedos que anidan en las mentes de los cuentapropistas cubanos quienes buscan, desesperados, una mano o al menos una palabra de aliento ante el marco tan incierto en el que se encuentran. Entonces nos preguntamos, ¿dónde están los entes de la autoridad, los representantes sindicales oficiales de este sector, ¿dónde está el Gobierno para calmar temores y responder preguntas?
*Esmeralda Martínez tiene su negocio en su vivienda en la Avenida 9 de abril, en las proximidades del Parque Vidal, centro histórico, político y turístico de la ciudad de Santa Clara (300 km. al este de La Habana).
Nota: En los últimos dos años han cerrado de manera definitiva 310 de los 400 cuentapropistas con licencia de Arrendador de viviendas, habitaciones y espacios (en CUC) de la Ciudad de Santa Clara. Villa Clara.