El próximo 9 de enero se abre el plazo para la presentación de la declaración de la renta y pago de impuestos correspondientes al año fiscal 2016 en Cuba. Ya el gobierno se lo está recordando a los potenciales declarante, que según la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) son 200 mil de los cuales más de 170 mil serían trabajadores por cuenta propia. “Paga, en tiempo, lo que debes”, tituló el órgano oficial del Partido Comunista en pleno día de Reyes Magos.
Los cubanos comienzan a relacionarse cada vez más con el lenguaje tributario, hasta hace años casi desaparecido de una economía donde predominaban las supuestas gratuidades y la subvenciones, reflejo de las relaciones económicas internacionales del país y de la propia economía estalinista. Sin embargo, a pesar del auge del cobro de impuestos en los último años, el número de contribuyentes es muy bajo si comparamos lo comparamos con la población económicamente activa que según proyecciones de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONE) es de 5,050,184, lo cual refleja entre otras cosas -aunque no de manera exclusiva-, los bajos ingresos que recibe la mayoría de la población, que gana al mes lo equivalente a 25 dólares americanos, lo cual les ubica por debajo del umbral impositivo, así como el presumible amplio espacio de la economía sumergida.
Lo cierto es que Cuba comienza a introducir una dinámica propia de economías de mercado, que es el pago de impuestos. La pregunta es, cuándo comenzará a introducir otras dinámicas, como la plena posesión y disposición de la propiedad privada y la libre ejercicio de la iniciativa económica.
Pero también cabe preguntarse para cuándo esa misma responsabilidad frente a las obligaciones que hoy el gobierno pide a los contribuyentes se aplicará al gobierno en pos de mayor responsabilidad y transparencia en el manejo de los fondos públicos. ¿Llegará el momento en que comiencen a hablar y rendir cuentas sobre el uso que le dan a dicho dinero? Es importante que los ciudadanos sepan, por ejemplo, si los impuestos que pagan o cualquier otro recurso que obtenga el estado son empleados en reprimir a ciudadanas pacíficas, como la Damas de Blanco.
Así como los ciudadanos comienzan a relacionarse con el “Paga, en tiempo, lo que debes”, es de esperar que el estado también comience a ser responsable en el manejo de los recursos.