Carlos Alberto Guzmán radica en el municipio de Artemisa en el Occidente de Cuba. Es dueño de una potranca alazana con Nro. E 13- 236 y en la condición de propietario decidió prestar la bestia a un amigo de la infancia con el fin de que este pastoreara unas vacas para el acopio de leche destinada a los niños de la comunidad.
El pasado 12 de junio Carlos Alberto, sobreponiéndose a una enfermedad que lo mantiene alejado del trabajo, se vio obligado a presentarse en la Delegación Municipal de la Agricultura del municipio Artemisa para establecer la reclamación de la ocupación de la misma por parte del órgano represivo de la Policía, la cual, en violación de todas las normativas jurídicas relacionados con estos asuntos y en ausencia de los funcionarios del Ministerio de la Agricultura, se presentó en el domicilio de amigo y ocupó el animal sin dar explicaciones.
Carlos va diariamente a la sede de la Delegación ‘de la Agricultura y no le dan respuesta. Según su propia referencia, hay más de 30 reclamaciones por ocupación de equinos por parte de la Policía.
Este Observador Económico se pregunta cuál pudiera ser el destino de estos animales que incauta de manera arbitraria la policía “revolucionaria” cubana, si la policía montada dejo de existir hace muchas décadas en Cuba.