Los trabajadores por cuenta propia en la ciudad de Santa Clara, ubicada a 300 kilómetros de La Habana, enfrentan una seria dificultad. Aquellas actividades cuyos procesos productivos requieren de la presencia de la sal, se encuentran hoy bajo una seria problemática. La escasez de este producto es reconocido incluso por los órganos de prensa oficialistas locales.
Según las autoridades encargadas de este asunto, la dificultad reside en el hecho de que ENSAL, la distribuidora nacional, no ha realizado las entregas habituales destinadas a la red minorista, espacio donde “deber confluir los trabajadores por cuenta propia para adquirir los insumos, medios y herramientas que necesitan” para la práctica sistemática de la actividad.
Las autoridades encargadas además alegan a través de los órganos oficialistas que la situación tiene carácter nacional y que este particular no es exclusivo de la ciudad de Santa Clara.
Las Tiendas Recaudadores de Divisas no escapan a esta situación. Ni siquiera esta puede ser la vía alternativa de solución, al menos temporal para poder continuar con la actividad.
Mientras esta situación se analizaba, varios ciudadanos de esta localidad denunciaron la ausencia en sus bodegas de la sal, producto que aún no ha sido entregado por el sistema de distribución normada, como parte de la canasta básica, a pesar de que se rebasa la segunda quincena del mes de mayo; las autoridades afirman que la cuota normada está garantizada y por tanto no conocen por qué existen estas irregularidades.
Dos pueden ser las explicaciones que les ocurre a este autor: una, que no se garantizó la entrega normada a la población y por tanto las autoridades mienten o dos: que el procesos de distribución existió y el producto corrió a la economía subterránea como parte del sistema de corrupción que vive la sociedad cubana actual.
Quizás puedan incluso existir otras razones más, o menos nobles, pero la realidad es que no hay sal, y se hace necesario revisar y resolver con carácter urgente esta situación.
Esta dificultad en la distribución de los recursos escasos en las economías de tipo planificada es un suceso que se reitera con frecuencia ante la incapacidad demostrada de ordenar, entregar y controlar desde un centro único toda la actividad económica, sus insumos, maquinarias, herramientas y otros, además de distribuir los bienes que se creen.
La sal, es hoy un solo un síntoma de una enfermedad mayor.