En Cuba la actividad económica y productiva se verá muy afectada, mucho más que en otros países, porque en el gobierno tiene el control absoluto de las importaciones y exportaciones, las 4826 cooperativas de producción agropecuaria y los canales de distribución de sus producciones y el medio millón de trabajadores por cuenta propia (TCP) dependen casi de manera absoluta de las mercancías e insumos en el mercado minorista a precios muy elevados, con relación a los costos reales de los productos.
Recientemente se comenzó la contratación y se autorizó la posibilidad de importar algunos recursos o comprarlos en las nuevas tiendas de artículos que comercializan en divisas convertibles (dólar americano y canadiense, Euro, libra esterlina, pesos mexicanos y yenes, entre otras), cuyo nivel de abastecimiento está muy lejos de satisfacer las demandas más simples.
En la coyuntura de la pandemia del Covid 19 preguntas relevantes por reiteradas, son: después de salir de la «Cuarentena»o la «Centena», porque no se sabe el tiempo que durará el aislamiento social y la paralización de las actividades económicas, ¿cómo el Régimen cubano podrá garantizar las importaciones, incluso aquellas esenciales, para satisfacer las necesidades más apremiantes de la población? ¿qué pueden esperar los TCP para recuperar sus actividades productivas si no existe un mercado mayorista de insumos y no se permite importar o comprar directamente en el Exterior?
Algunas actividades han sido suspendidas como es el caso de los transportistas a los que se les suspendió la licencia para ejercer la actividad, los gastronómicos y las casas de renta que, con la paralización del turismo internacional, la segura insolvencia de los cubanos para hacer turismo en casa y la falta de producción e insumos para el sector, no tiene perspectivas de alcanzar siquiera la cifra de un millón de turistas en 2020.
Con la cantidad de trabajadores disponibles o futuros desempleados que ya se anunciaban desde antes de la Pandemia, se incorporarán al sector informal de la economía entre 250 a 300 mil trabajadores, que ya hoy trabajan a distancia o tienen licencia con alguna protección los tres primeros meses, pero que tendrán que ir buscando nuevos empleos, porque también los TCP y cooperativas no agropecuarias tendrán que dejar cesantes a una parte importante de sus empleados por la paralización obligatoria o la falta de materias primas que a partir de ahora incrementarán las carencias de abastecimientos y los precios de los insumos y materias primas con el consiguiente incremento del precio de los productos y servicios que se presten.
En opinión de este observador económico, es el momento de que los TCP se organicen y comiencen a elaborar una estrategia de acciones y exigencias al Gobierno para la cancelación o disminución de los impuestos para, al menos, los TCP puedan mantenerse trabajando con los escasos recursos que disponen.
Sería muy oportuno aprovechar el momento para exigir la flexibilización o liberación de las importaciones y la posibilidad de que los cubanos que residen en el exterior puedan suministrar muchos de los artículos en insumos que necesitan los trabajadores privados.