Mabel García Suarez es una trabajadora por cuenta propia que vende flores de forma ambulante en espacios públicos amparada en la licencia: Fabricante, vendedor de coronas y flores (Actividad 49). Su medio de trabajo es una pequeña carreta sobre la cual transporta las flores. El peso de este medio es considerable para esta mujer que con sistematicidad debe detenerse y descansar aunque no esté vendiendo. Para las autoridades cubanas esta acción constituye un delito penado y por el cual Mabel ha recibido en los últimos meses (desde enero) dos multas. Siempre que algún inspector de la dirección de inspección y supervisión del Ministerio de Finanzas y Precios del municipio de Santa Clara le aplica la medida, ella le alega la irracionalidad de la medida y su descontento. La autoridad solo le responde que tiene 72 horas para reclamar.
Esta trabajadora en primer momento reclamó la multa que le aplicaron, pero comenta que el proceso de reclamación implicó, colas, peloteo, incomprensión, discusiones, mal rato y sobre todo dos día que no trabajó y por tanto no generó ingresos. La aplicación de este tipo de multas que son totalmente innecesarias y que no cumplen ningún objetivo por lo que debe ser revisada, sobre todo por la carga subjetiva y por la insensibilidad humanan que transmiten.