Llora sin consuelo Idalmis. Ella es una cubana que reside en el poblado ¨Mocha¨, a 14 kilómetros de la ciudad de Matanzas, Cuba. Es divorciada, madre de una adolescente que está por terminar el 9no grado. A pesar de ser graduada de nivel superior, en este momento se encuentra desempleada porque donde reside apenas hay trabajo para mujeres. En la última reunión de padres en la escuela donde estudia la hija de Idalmis, organizan la actividad por el día del maestro. Crean grupos de 3 alumnos para que le regalen a cada profesor, aportando cada uno 5 cuc y le dan la tarea a ella de comprar el regalo para una profesora.
EL jueves 12 de diciembre Idalmis se traslada a la ciudad de Matanzas para la compra del regalo. Esta acción la hace efectiva en la tienda Agua y Jabón, de la Cadena de tiendas Caribe. Compró un pote de Crema hidratante de almendras, un estuche con jabones, bálsamo para el cabello, champú, gel de ducha y una esponja de baño. 14:40 cuc le costó la compra. Ya cumplió su tarea.
Al llegar a su casa y mostrarle la compra a su hija detectan que al pote de crema le falta como una cucharada del producto. A los frascos de champú y bálsamo para el cabello igualmente les falta, y el gel está apenas más arriba de la mitad. Terrible, todo adulterado, solo estaba bien el estuche de jabón y la esponja.
Al otro día Idalmis estaba con toda su compra en la puerta de la tienda antes de la apertura. Ahí vio a la portera, a la cajera, a la jefa de piso y hasta a alguien que ocupa el cargo de gerente encargado. Todos les dijeron lo mismo. No hay reclamación, tenía que revisar los productos antes de pagar. Pero resulta que el gel, el champú y el bálsamo estaban en un estuche como oferta especial y así lo entregaron.
Adulterar productos se ha convertido en una práctica habitual en los establecimientos del Estado. La mayoría de los productos que se comercializan en la tienda Agua y Jabón son de procedencia Italiana y asombrosamente ningún frasco trae sello de garantía o seguridad. Es común ver en un estante como los frascos de de un determinado producto tienen diferentes medidas de llenado y otros tienen el producto tan alterado que se notan cambios de color y hasta de consistencia. Agua de colonia que son realmente agua y acondicionador para el cabello totalmente líquidos. Manteniendo los mismos precios, que no son baratos y por ende no están asequibles para todos los cubanos.
Al salir alguien que escuchó lo ocurrido le comenta a Idalmis que fuera a Atención a la población del Gobierno Provincial. Ahí fue y le dicen muy tranquilamente que esas son políticas de las tiendas en cuc y que ellos no se pueden meter. Sin palabras.
¿Y dónde está la Protección al Consumidor?