A un mes del comunicado oficial de la Unión Cubapetróleo en el que se informa a la población cubana sobre afectaciones transitoria en la venta de Gas Licuado de Población (GLP), todo se mantiene igual, sino peor.
El pasado 13 de enero sale en los medios oficiales la nota que confirmaba lo que ya desde los primeros días del año venía ocurriendo. No hay suficiente GLP para satisfacer la demanda. Apenas dos días después se publica otra nota en la que se dictan medidas de ampliación de ciclos de venta del GLP. Y por supuesto, se hace el llamado al pueblo a aplicar medidas de ahorro, más medidas de ahorro.
Esta nueva restricción es parte de “la Coyuntura” que se vive en el país desde el mes de septiembre del 2019 en que se comunica el inicio de una etapa crítica por la escasez de combustible.
Pero no solo los consumidores particulares se ven afectados con la medida. Instituciones estatales también pagan consecuencias. Pero, por supuesto, es el pueblo en general el que paga las consecuencias.
El Complejo Bahía, lugar insigne de la ciudad de Matanzas, no está ofertando servicios de Restaurante porque no tiene Gas Licuado para elaborar los alimentos.
Nos comenta un trabajador del lugar que para colmo los mandan para su casa aplicándole el concepto de interrupción laboral. “Es abusivo lo que están haciendo con nosotros. ¿Qué culpa tengo yo, que solo soy ayudante de cocina, que no haya Gas? Ahora me afectan el sistema de pago y la propina, y nos dijeron que después de un mes de interrupto en el año, me afectan el salario. No entiendo. Y el Sindicato no hace nada, solo nos pide comprensión y que es culpa del Bloqueo.”
Falta de previsión, incompetencia, experimentos que salen mal, en fin, el pueblo cubano sufre una crisis hoy que va más allá de lo económico.