El Sr. Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba realizó el pasado 8 de julio de 2020 su intervención ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En este escenario, el gobernante de la Isla declaró que durante la COVID-19 se han tomado 36 medidas laborales, salariales y de seguridad social con un notable impacto.
Comentó sobre la necesidad de crear empleos mediante los pequeños productores que abogan por la cooperación y la solidaridad como recursos para alcanzar el desarrollo.
Pero, no se refirió a cuanto se ha elevado la desprotección social de los 95 mil médicos cubanos que reciben un salario de 1 460 pesos mensuales, equivalente a 58 dólares al cambio, forzados a trabajar sin medios de seguridad.
Obvia que su gestión destruyó durante 6 meses cerca 461 mil negocios y con ello se perdieron 160 mil empleos, obligando a incorporarse al mercado laboral informal a 136 mil personas.
Su administración gasta el 20% de la economía, cifra que sobrepasa el aporte de los privados al presupuesto y con ello, promueve el aumento de precios y una inflación desmedida que castiga los hogares.
Justo ahora, hay que reconocer que el acceso al empleo es proporcional a la dignidad humana y que sólo trabajando en libertad se puede avanzar hacia la justicia social.
Se ha de buscar la defensa del mercado para generar empleos en las comunidades y la creación de un sindicato que proteja a los emprendedores y a los trabajadores de las causas ideológicas.
El gobierno ha de responder a los trabajadores, no alimentarse del trabajo de todos los cubanos como hace actualmente y sobrevivirá sólo si sirve a su fin, nunca al servicio de los poderosos nacionales o extranjeros.