El régimen cubano se enfrenta al duro impacto de la COVID-19 en el turismo, sector de la economía que ha constituido el principal rublo de ingresos al Presupuesto del Estado.
El Ministerio de Finanzas y Precios emitió la Resolución 293/2020 que regula la aplicación de una tasa sanitaria por los servicios de Control Sanitario que realizan las autoridades de Salud Pública.
Así, ejecutarán el pago de la tasa los transportistas aéreos, navieras o propietarios de embarcaciones, a través de operadores aeroportuarios, portuarios y de marinas, así como agentes de buque.
Las autoridades han fijado la tasa sanitaria en 30 dólares estadounidenses a personas naturales o su equivalente en cualquier otra moneda libremente convertible.
También, la medida exime el pago de la tasa sanitaria a los tripulantes de naves o aeronaves, cuya estancia en el territorio de la República de Cuba sea menor a 24 horas.
El régimen pretende disminuir el gasto público asociado al sistema sanitario para el control de la epidemia y garantizar la apertura de la oferta hotelera en los próximos meses.
Se promueve el arribo de turistas hacia la cayería norte del país porque en las zonas urbanas han colapsado los servicios, que soportan la llamada industria sin chimeneas.
Además, la medida busca desalentar las importaciones personales que realizan las llamadas “mulas” y con ello impedir la fuga de divisas hacia mercados de Centroamérica y Rusia.
Se han de eliminar los impuestos a los controles sanitarios, y sin aumentar la carga tributaria, orientar el turismo hacia los centros urbanos para reactivar el comercio interior.