En ocasiones me pregunto ¿hasta qué punto el bloqueo constituye un interés para el Estado cubano? o ¿verdaderamente el régimen está empeñado en minimizar su impacto? Quizás como cubano víctima de la escasez y necesidades en la que está sumida la gran mayoría, vea un sinnúmero de soluciones que bien podrían minimizar las afectaciones por el bloqueo y que no se ponen en marcha por “contrarrestar” los principios socialistas.
Hay una realidad, la permanencia del bloqueo a la isla por más de 60 años, le ha permitido a la camarilla castrista justificar su desastrosa dirección económica, estimular el envío de remesas, frenar el desarrollo de sus fuerzas productivas, avivar la aversión y el odio por el sistema imperialista y el dinero, realzar sus logros en materia científica, deportiva y educacional como única alternativa viable al capitalismo y mantener los niveles necesarios de miseria para el pueblo al no poder garantizarle siquiera, los bienes y servicios básicos e indispensables para su supervivencia.
Sin embargo, ¿cuánto no pudiera hacer el Estado para aligerar esa carga? Por ejemplo, si a los cubanos se les permitiese importar libremente y sin restricción alguna, bienes de uso y consumo como sucede en todo el mundo, su impacto sería menor y el nivel de vida de la población se elevaría.
Que ello estimularía el comercio a pequeña escala, que sobrevendrían precios abusivos y que estimularía la fuga de capital de la isla; puede ser. Pero si bien todo ello sucede es porque el Estado no ha sido capaz de surtir esos bienes de consumo a precios asequibles tal y como sucede en el mercado internacional. De modo que los primeros precios abusivos los pone el régimen en su afán de explotar y acaudalar riquezas. Y no es el bloqueo ni los costos del fletaje los que imponen en las tiendas los elevados precios de equipos electrodomésticos y piezas y accesorios automovilísticos.
Hoy en día se quiere depender única y exclusivamente de la inversión extranjera. Si bien existen inversores que le temen a las sanciones norteamericanas, ¿por qué se veta al cubano la posibilidad de invertir en la isla? El mundo de oportunidades que pudiera contribuir al bienestar del pueblo sería incalculable si se destrabaran las fuerzas productivas. Un ejemplo notorio es la Florida que fue convertida por los propios cubanos de manglar, a una de los estados más prósperos de los Estados Unidos.
No se puede luchar contra el bloqueo bloqueando internamente al cubano. El bloqueo interno no es prudente económicamente hablando y solo conlleva a más escasez y miseria. Cuba necesita que el Estado elimine sus trabas y abra sus fronteras para que exista generación de riqueza y por ende, prosperidad y sostenibilidad.