La pasada semana se realizó en la capital del país la edición XXXVIII de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2022), el cual contó con la participación de diversos actores económicos nacionales y foráneos
Durante el encuentro, también sesionó, en el ya tradicional recinto ferial EXPOCUBA, el V Foro de Inversiones, inaugurado por el Primer ministro Manuel Marrero Cruz y el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera Rodrigo Malmierca Díaz.
En este último evento se volvió a presentar la denominada “cartera de oportunidades” para la inversión extranjera en Cuba, la cual, según informaron medios oficiales esta vez ofrece 708 proyectos, es decir, 30 más que la anterior; con el usual énfasis en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
El foro también cubrió otras áreas de interés: el intercambio con agencias de promoción, la presentación de la llamada Ventanilla Única de la Inversión Extranjera, así como las posibilidades de inversión para cubanos residentes en el exterior.
Malmierca señaló que, de concretarse todas las reuniones en proyecto, el próximo año la economía nacional recibiría un impulso, por un capital de nueve mil millones de dólares (USD).
Es bueno agregar que, además de este espacio, tuvo lugar una serie de presentaciones de varios actores económicos, entre ellos una representación de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) las cuales expusieron una muestra de sus productos.
Sin embargo, no pocos se cuestionan el alcance real y las repercusiones efectivas que podrían tener estas iniciativas en la economía nacional, y más específicamente, del cubano común. Lo cierto es que, sin contar la insuficiencia en cuanto a la presencia de inversores extranjeros interesados en las ventajas económicas de la isla, existen todavía muchas limitaciones de carácter jurídico-administrativo para potenciar el desarrollo de las MIPYMES.
Ante esta situación y, en valoración retrospectiva sobre los efectos tangibles de las pasadas Ferias en la economía, sólo nos queda recomendar la apuesta de las instituciones responsables por mayores libertades de empresa y la reducción de trabas burocráticas innecesarias, que verdaderamente permitan desplegar todo el potencial que los emprendimientos cubanos necesitan y merecen.