Las autoridades del gobierno cubano revisan el marco legal para el ejercicio privado de actividades económicas y paralizan por varios meses las inversiones en el mercado interno.
Ante ello; es aconsejable levantar las restricciones y aprobar las nuevas solicitudes de creación de mipymes comercializadoras, aumentando las ofertas en CUP a la ciudadanía.
Visualicemos a los trabajadores con salarios en CUP y que escasamente alcanzan a servicios básicos, asistir a un bodegón de barrio para comprar productos de primera necesidad.
La sociedad consume mayormente en las mipymes comercializadoras; y sin proponérselo, mejoran la calidad de los bienes intermedios en los procesos productivos locales.
Obsérvese; tan pronto evoluciona la demanda de los consumidores en el mercado interno, se incorporan productos que permiten la elaboración de otros nuevos a precios cada vez más competitivos.
Se puede derrotar el proceso inflacionario actual con la participación de todos los actores económicos y la interpretación adecuada del papel que juega la alianza público-privada.
Hay que desestimar de la política económica nacional la “función complementaria” de los privados frente a la empresa estatal socialista y liberar el comercio para colocarlo al servicio de la justicia social.
Un mal asunto es la intención que tiene el poder de subordinar intereses para dominar un espacio en un tiempo y controlar ahí la naturaleza humana, que siempre opta por la vida.
Reitero la urgencia de un diálogo inclusivo encaminado a construir y articular un centro político en la toma de decisiones, donde converjan los valores de la Economía Social de Mercado.