La crisis alimentaria en Cuba ha llevado a la adopción de “ingeniosas» alternativas en la elaboración de platos que en ocasiones suponen serios riesgos para la salud, y podrían agravar el déficit alimenticio en el país.
Algunas de las inventivas que han generado gran polémica en cientos de usuarios en las redes sociales, han sido la elaboración de pan con harina de calabaza, el helado de yuca, la sustitución de la leche por crema de arroz y el uso de refrescos instantáneos a falta de azúcar. Si bien estas soluciones pudieran parecer provechosas en tiempos de escasez, sus implicaciones a largo plazo son motivo de preocupación.
El pan con harina de calabaza elaborado en algunas panaderías estatales ante la carencia de harina de trigo, es una de las alternativas más comunes a esta problemática. Sin embargo, su valor nutricional es considerablemente inferior a la del pan tradicional, lo que podría contribuir a deficiencias alimenticias, especialmente en vitaminas y minerales esenciales.
La sustitución de la leche por crema de arroz es una práctica cada vez más extendida en Cuba, mayormente para garantizar el desayuno de los más pequeños, y aunque la crema de arroz puede proporcionar una alternativa temporal, carece de los nutrientes esenciales presentes en la leche, como calcio y vitamina D, tan importantes para el desarrollo del niño.
Otra de las nuevas y más preocupantes inventivas actuales ( lamentablemente muy extendidas) resulta ser el uso de refrescos artificiales como sustitutos del azúcar. Muchas personas recurren a endulzar artificialmente compotas, dulces, yogures y leche, ante la severa crisis con el azúcar en la isla.
Sin embargo, estos productos tan saturados de aditivos químicos, carecen completamente de los nutrientes presentes en el azúcar natural. Es bien conocido que el consumo excesivo de refrescos artificiales se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, factores todos agravantes a un déficit nutricional de base.
Si bien las alternativas en la elaboración de estos platos, pueden parecer soluciones temporales en tiempos de escasez, es importante considerar sus implicaciones a largo plazo para la salud y el bienestar de la mayoría de la población que las consume, cómo única solución ante las carencias alimentarias. Es necesario que, en lugar de depender de estas alternativas cuestionables, se puedan concretar medidas efectivas para disminuir el efecto de la crisis alimentaria y garantizar el acceso a alimentos nutritivos y seguros para todos.