Pese a que las irregularidades en la distribución de productos pertenecientes a la canasta familiar normada no resulta un tema novedoso para los cubanos, y la paulatina desaparición de los mismos ya es percibido socialmente como algo “normal”; el asunto con la distribución de leche en polvo para menores de siete años, continúa siendo una problemática recurrente, a la que las madres no parecen acostumbrarse.
En redes sociales abundan la inconformidad y la crítica de cientos de padres ante los prolongados atrasos y falta de entrega del demandados producto tan necesario para los infantes, además de la nula información que se ofrece por medios oficiales sobre la dinámica en la distribución de la leche en polvo.
De esta manera, las madres adolecen de seguridad o garantía con respecto a si recibirán o no cada mes, el demandado alimento para sus hijos; puesto que, si bien es cierto que la venta de leche en polvo se encuentra bastante generalizada a lo largo de todo el país, su precio mínimo (entre 1500.00 y 1700.00 pesos el kilogramo) supera la mitad del salario mínimo estatal en Cuba.
Así, continúa lo que pareciera ser una agonía interminable por garantizar al menos, en medio de la crisis económica, el desayuno de los pequeños; círculo vicioso en el que se ven sumergidos de continuo los adultos y padres cubanos.