El divorcio entre el discurso oficialista y la realidad en Cuba es inmenso. La relación Estado-Particular, incluso dentro del mismo sistema de la agricultura, es espantosa.
Desde el lejano municipio Calimete, provincia Matanzas, viene hasta la ciudad de Matanzas un camión con productos agrícolas (calabaza y mazos de cebolla morada) y no le permiten la venta. Trae todos sus papeles en regla y carta de autorizo de comercialización emitida por ACOPIO (Sistema de acopio y comercialización de productos agrícolas en Cuba), aun así, no lo dejan vender.
Fuerte discusión se genera entre la persona que viene frente al camión y la administración del mercado El Bosque. Tienes que vender a 300 metros de mi mercado, le exige uno y el otro le dice que está autorizado a vender en toda Cuba. Yo estoy legal, yo voy a La Habana y vendo en cualquier lugar y aquí en Matanzas siempre es un royo distinto.
Es importante aclarar varios puntos. El Mercado Agropecuario Estatal El Bosque vende calabaza a 6 pesos la libra y mazos de cebolla a 50 pesos, no siempre de la mejor calidad. Por su parte el camión de Calimete trae calabazas a 5 pesos la libra y los mazos de cebolla (con más cantidad y fresca) a solo 40 pesos. Enseguida el público consumidor se vira para estos camiones que vienen directo de las cooperativas, sin intermediarios que suben los precios. No venden al por mayor, ni al mejor postor. El Mercado intentó desde el primer momento comprarle el camión de mercancías y el jefe del camión se negó. “Venimos a venderle al pueblo”. Adicionando que la cooperativa ya cumplió su plan con Acopio y puede hacer con el excedente lo que mejor entienda.
Por lo general el pago en la operación de venta de productos a través de entidades de Acopio se demora entre 3 o 4 meses en hacerse cierto, siempre después de un gran papeleo y burocratismo. Los productores necesitan dinero en efectivo para pagar a sus trabajadores y hacer operaciones. La primera opción que tienen es la venta del excedente de lo pactado con Acopio.
Hace apenas un año la calabaza en un Mercado Estatal costaba 85 centavos la libra. A partir de los cambios económicos de enero subió a 3 pesos y hoy el mismo Estado la vende a 6 pesos la libra. El pueblo es, como siempre decimos, el que paga las consecuencias de estos desatinos.