Según fuente que preferimos mantener en el anonimato por razones obvias de seguridad conocimos que en la Empresa Comercializadora de Medicamentos de la provincia de Matanzas, Cuba, se comenzarán a cobrar los Equipos de Protección Personal que se entreguen a los trabajadores. Así lo informó en matutino general a todos los trabajadores el Jefe de Recursos Humanos de la Empresa. De la misma forma informó que los estímulos que se entreguen a los destacados de la emulación socialista se tienen que cobrar.
Constitucionalmente en Cuba el Estado garantiza el derecho a la protección, seguridad e higiene del trabajo, mediante la adopción de medidas adecuadas para la prevención de accidentes y enfermedades profesionales.
Según lo establecido en la Ley 116 Código del Trabajo de la República de Cuba, en su articulado: El empleador está obligado a cumplir la legislación sobre seguridad y salud y adoptar las medidas que garanticen condiciones laborales seguras e higiénicas.
Es obligación del empleador suministrar gratuitamentelos Equipos de Protección Personal, en atención a los riesgos, las normas y requisitos de seguridad y salud en el trabajo. Por su parte los trabajadores tienen el derecho de recibir los equipos y medios de protección personal que necesiten en el puesto de trabajo que desempeñan y están obligados a utilizarlos.
Según conocimos, al concluir el matutino varios trabajadores se acercaron a la Secretaria del Sindicato para esclarecerse y esta les dijo que son disposiciones administrativas, que el Sindicato no se mete en eso.
Volviendo de nuevo a la Constitución, en su artículo 10 dice claramente:
Todos los órganos del Estado, sus dirigentes, funcionarios y empleados, actúan dentro de los límites de sus respectivas competencias y tienen la obligación de observar estrictamente la legalidad socialista y velar por su respeto en la vida de toda la sociedad.
Es impresionante el estado de indefensión en que trabajan los ciudadanos cubanos. Por una parte casi nadie cumple con lo legislado y por la otra, algo que hemos dicho en otras ocasiones, no hay quién controle y exija que se cumpla lo legislado.