Con las restricciones y desabastecimientos a los que se enfrenta el país, el Gobierno, haciendo uso de un discurso populista en voces de figuras públicas, se dio a la tarea de pedir a “todos” que sembraran cada pedacito de tierra que estuviera vacío, aunque fuera en las azoteas de las casas. Algunos lo hicieron, siguiendo la orden al pie de la letra, otros, con la esperanza de que su familia no muera de hambre.
El señor Rogelio Medina, vecino del reparto 26 de Julio en Bayamo, accedió a ser entrevistado para el Observatorio de Derechos Económicos sobre este tema.
“Lo primero que debo aclarar es que siembro para no morir de hambre, no porque el Gobierno quiera. Fui campesino hasta hace dos años atrás, era usufructuario y entregué la tierra por la cantidad de problemas generados por las cooperativas agropecuarias. Todos los años te prometen paquetes tecnológicos para sembrar, pero solo cumplían con la mitad del compromiso o simplemente no daban nada. Ahora sembré este pedacito que me sirve para aliviar la escasez de alimentos”.
Medina cercó y preparó un solar yermo de aproximadamente 30 metros de largo por 30 de ancho colindante con su vivienda. Sembró plátano, maíz y boniato y ahora lo que teme es que se lo roben o aparezca el dueño de la tierra que, según dijo, es el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder).
Al respecto comentó: “En los dos años que llevo viviendo aquí jamás el Inder se ha preocupado por estas tierras; ojalá que ahora que la limpié y cultivé, por lo menos me dejen recoger las cosechas”.
Rogelio está a la espera de lo que pueda suceder a pesar de que haya sido idea del Gobierno sembrar cada pedazo de tierra que esté disponible. El Observador de Derechos Económicos de la Región Oriental dará seguimiento a este caso para informar oportunamente.