Generalmente en Cuba los productos que se adquieren fuera de los llamados mercados en divisa, vienen a granel y requieren la acción de un dependiente que pesa y cobra el valor del producto.
La balanza es un instrumento de medición que permite medir masas. Su principal utilidad es pesar los alimentos que se venden a granel, al peso.
Los medios que existen para pesar los productos en la mayoría de las Bodegas, donde se expenden en Cuba los productos normados, en los Mercados Agropecuarios Estatales e inclusive los comerciantes particulares, son las balanzas mecánicas. Es un sueño para los cubanos de a pie poder contar en esos lugares con medios digitales para verificar el peso de los productos que se compran . La exactitud y precisión de estos medios depende de varios factores. La calidad de los materiales con que ha sido fabricado, la calibración de la barra, el pilón y los contrapeso y por supuesto, el factor humano.
Al primer dilema que se expone el cubano cuando va a comprar cualquier producto a granel es que la unidad de medida de la pesa es en kilogramos y todos los productos en Cuba se venden en libras. Otro dilema es la certificación del medio de pesaje donde muchos no tienen el sello que los acredita y los que lo tienen, por lo general están extemporáneos. Es muy común ver los contrapeso partidos, de diferentes materiales, (plomo, hierro). La pesa no siempre está sobre una superficie horizontal, lo que lleva a variaciones del peso.
Por otro lado cuando tienes dudas del peso de lo comprado, la pesa de comprobación, donde existe, está en el mismo estado que la del dependiente y el que te verifica el peso es otro dependiente del establecimiento lo que te pone en una disyuntiva de aceptarlo o no. ¿Vale la pena pasar por el disgusto, cuando no hay respaldo como cliente? Es la pregunta que se hacen muchos y por la que tan pocos reclaman.
En días pasados realizo una compra en el Mercado Agropecuario Estatal del Reparto Armando Mestre en la ciudad de Matanzas, Cuba. El dependiente me cobra 30 pesos en moneda nacional. Al ver al administrador este manda a otra persona a que me verifique el peso y esta confecciona el documento de la foto. Llaman al dependiente, levantan un acta, me devuelven el dinero directamente del bolsillo del dependiente y ya.
Gazapos de esta vivencia: Me devuelven 8.30 cuando debió ser 8.85, (en el propio documento me roban 55 centavos). La suma de total del peso es 20 libras y al verificarlo en 3 pesas diferentes de vecinos,(una de ellas digital) en ninguna rebasó las 17 libras.
Vivimos en una sociedad con un sistema de protección al consumidor tan depauperado, en el que los mecanismos de control son casi nulos y tan extendidos en el tiempo, que los ciudadanos se han adaptado a que le vulneren sus derechos sin siquiera inmutarse.