Se hace habitual en la provincia de Matanzas, Cuba, ver a personas de ambos sexos realizar trabajos de venta de los más disímiles productos en la vía publica. Lo más penoso es ver cómo se ven en la necesidad de llevar con ellos a sus hijos.
En conversación con las ciudadanas de la foto me explica una de ellas que es de profesión económica y que la dejaron sin trabajo en un proceso de disponibilidad realizado en la Empresa de comercio en el mes de mayo del 2018. Le ofertaron como opción una plaza de custodio que no pudo aceptar pues tenía una niña pequeña. Desde entonces vive de lo que aparece, aveces vende limones, habichuelas y en otras ocasiones compra dulces en la dulcería del estado para revenderlos y ganarse algún peso para poder mantener la niña. Me explica que su padre se fue del país antes de nacer la niña y nunca más supo de él.
El caso de la otra muchacha es muy similar. Quedó fuera en una reducción de plantilla en el Hospital Materno donde trabajaba como auxiliar de limpieza. Nada, nos sacaron a 6 y trajeron presas para hacer el trabajo. Eso fue en el 2017 y vivo de lo que cae. Lo mismo vendo ropa que comida. Ahora en vacaciones se me hace difícil por el tema de la niña, pero ella tiene que aprender a lucharla desde pequeña.
Realidades de Cuba que los medios oficiales no muestran.