La economía cubana se encuentra cimentada en un proceso inflacionista muy intenso y este incide de forma muy negativa en el nivel de bienestar de la población. La inflación causa grandes estragos a la familia cubana común.
Ni siquiera los logros de la revolución escapan a semejante fenómeno. Los precios de la alimentación, del transporte y los medicamentos se han disparado. Adicionando a estos los servicios a la vivienda, como la electricidad, el agua y el gas. El incremento general de los precios está sacudiendo a la economía cubana.
No se vende nada en las tiendas en moneda nacional, con independencia de que hay miles de millones de pesos en circulación. Se especula que la inflación podría rondar algo más del 500 por ciento para finales de año.
El régimen culpa al Bloqueo de los EEUU como la principal causa de esta inflación, pero es un hecho que la principal causa es la ineficiencia de la economía estatal. El régimen pone sus esperanzas en que la economía se recupere a partir de la apertura de fronteras y el incremento del turismo, pero muchos, dentro de los que me incluyo, no vemos la luz tan cerca. Es un problema de sistema y el régimen se empeña en no reconocerlo.
Para el cubano que se levanta todos los días a luchar qué poner en la mesa suena muy poco optimista ante tal medida. De nada sirvieron las medidas aplicadas por el régimen de subir el salario y las pensiones, al contrario, estas fueron pólvora para la escalofriante subida de los precios.
Se necesita implementar reformas que incentiven el incremento de ofertas. La hiperinflación que se ha establecido en Cuba tiene su origen en la Tarea Ordenamiento, implementada a partir de enero de 2021. Mientras no se resuelva la falta de ofertas generalizada en los sectores de la economía y los excesos de trabas y controles por parte del régimen, la inflación continuará. Las expectativas de inflación se han arraigado en los agentes económicos lo que provocará que se torne muy difícil frenar este fenómeno.
Esta crisis que se vive hoy en Cuba no es nueva, ya se vivió en el llamado período especial de los 90, solo que ahora agravada por la pandemia de la COVID-19.
Lo cierto es que para los cubanos la vida se hace más difícil ante la escasez de todo y los precios que siguen subiendo exponencialmente.