La falta de motivación de los productores agrícolas cubanos para vender al sistema hotelero y turístico, es producto de las ineficaces medidas económicas aplicadas por el régimen. No surge ahora a partir de la implementación del ordenamiento, aunque este la acentúa.
Las cadenas hoteleras no pueden pagar los productos vendidos por los campesinos al tipo de cambio no oficial. Al campesino se le pagan las producciones al tipo de cambio de 24 cup (moneda nacional) por 1 usd. Pero con cup no se puede ir a CADECA (casa de cambio estatal) o un banco a adquirir moneda libremente convertible MLC. Sin MLC es imposible adquirir insumos de algún tipo y satisfacer sus necesidades mínimas. Por lo que tiene que comprar el MLC al cambio que rige el mercado subterráneo (hoy ronda los 90 cup).
Problema que se resolvería facilitando al hotel o a la empresa de turismo en general el pago a los productores vendedores directamente en sus cuentas en MLC. No es descabellado considerar que muy pronto (si ya no se está haciendo) se tendrá que volver a importar frutas, vegetales y viandas para la industria hotelera. Absurdo total en un país con tierras tan bendecidas como las cubanas.
Anterior al Ordenamiento el campesino no se veía motivado a contratar sus producciones con el turismo pues recibía 1 cup por cada usd. que vendía. Para luego ir a la tienda en cuc (peso cubano convertible) a satisfacer sus necesidades básicas, y el cuc. le costaba 25 cup. De la misma forma se hicieron otros inventos para tratar de estimular al productor, pero igualmente no tuvieron el efecto deseado.
No bastan las tan renombradas 63 medidas de estímulo aplicadas a los productores agrícolas. No pueden ser efectivas ya que existe un miedo atroz por parte del Estado cubano a permitir que los medios del mercado funcionen en la isla, sin límites. Es importante que se entienda lo vital que se vuelve la autonomía de las partes en la contratación.