La burocracia colma todas las esferas de la vida de los cubanos, ahora también la venta de medicamentos recibe otra cuota de burocracia que dificulta el acceso de los enfermos a los medicamentos. Las recetas que entregan los médicos en los hospitales no tiene valor, solo tienen valor en farmacias de los propios hospitales o en las farmacias asignadas a estos. En el resto del país los pacientes tienen que ir de nuevo al medico de la familia para que estos le pongan su cuño y las validen para que en las farmacias puedan despacharlas a los pacientes. Las ya prolongadas y madrugadoras colas ahora se incrementan en espera de los medicamentos que faltan para las enfermedades mas comunes y frecuentes. Los cubanos tendremos que volver a incrementar la medicina verde porque la otra escasea en las farmacias, mientras la venta en el mercado negro o subterráneo a precios mayores no se detiene. Con estas medidas se incrementan irremediablemente las penurias del pueblo por la carencia y el desabastecimiento permanente porque el país no tiene financiamiento para pagar a los suministradores de las materias primas, cuyas deudas se incrementan.