El gobierno cubano ha prometido el rescate de la industria pesquera nacional a partir de las formas de gestión privadas; pese a que, continúa aplicándose una política de precios incoherente.
La empresa pesquera de corte estatal socialista se niega a negociar sus contratos con los privados y vende pescado en divisas; pero no retribuye a los pescadores en dicha moneda.
Mercabal aún no reconoce a los pescadores comerciales privados como sus clientes; por tanto, éstos no tienen acceso a la adquisición de insumos necesarios para sus trabajos.
Los privados no cuentan con facilidades para la compra de especies que sirven como carnada y que son capturadas por empresas del sistema del Ministerio de la Industria Alimentaria.
A penas hay posibilidades de comprar materiales para la reparación de las naves; así como, la construcción de establecimientos para el pesaje y almacenamiento de la pesca.
Nótese; que no existe un módulo de medicamentos básicos en los botiquines a bordo de las embarcaciones, para hacer frente a situaciones adversas o accidentes laborales.
La situación amerita que la Empresa Importadora y Proveedora de Productos de la Pesca (PROPES) sea autorizada por el órgano rector a importar para el sector privado nacional.
Urge; facilitar la venta de combustible a precios mayoristas por FINCIMEX y proveer a las embarcaciones de condiciones para navegar a mayor profundidad y ejecutar faenas en esas aguas.
Para incrementar la producción pesquera nacional hay que otorgarle protagonismo a los privados y propiciar encadenamientos productivos, que generan empleos en localidades costeras.