En el inventario de los problemas nunca resueltos en casi 60 anos de Revolucion, tomemos el ejemplo del transporte público: un desastre. Culpable, según el discurso oficial: el embargo, llamado bloqueo por el gobierno castro – comunista de Cuba.
¿Puede tener la responsabilidad un factor externo en la persistencia de un problema al que el Estado cubano nunca ha sido capaz de dar solucion? ¿Acaso no explica el Marxismo más ortodoxo que, asi como las causas de las revoluciones se gestan al interior de las sociedades y tienen caracter determinante, de ultima instancia, las contradicciones y factores internos de orden económico, también son de genesis endogena basicamente tanto los logros como los aciertos en la conduccion de las politicas?
Entonees resulta al menos poco creible que, cuando algo anda mal como es el caso que nos ocupa del transporte se opte por echar la culpa al vecino y no ver los errores y horrores cometidos en la conduccion de la economia en este caso de una tan importante rama.
No destinar los recursos suficientes, que son en verdad escasos y que sin embargo se dilapidan en costosos y poco efectivos programas sociales, comprar vehiculos sin asegurarse el debido y sistematico aprovisionamiento de las piezas de repuesto necesarias, no preparar debidamente a la fuerza de trabajo calificada para el mantenimiento y reparacion de estos medios, fuerza siempre mal pagada ademas, no es culpa de ningun otro sujeto que del Partido y del Estado ¿fallido? socialista cubanos.
Entonces no nos podemos asombar ni quejar de que el transporte privado, el de los emprendedores cuentapropistas, ese que se obsaculiza, se regula excesivamente y se penaliza y persigue por el Gobierno, sea el que este dando solucion al problema del transporte en Cuba, tanto de personas en su inmensa mayoria como parcialmente al de cargas.
Personalmente estoy convencido de que, cuando un problema no lo puede o no es capaz de solucionarlo alguien, en este caso el Partido, el Estado y el Gobierno cubanos, deberia darse paso logico, sin restriccciones absurdas ni mucho menos persecuciones injustas, a otros actores con capacidad, recursos y voluntad de solucionar el mismo.
Si asi no fuera, y parece que no es y no va a ser al menos en el corto plazo, estariamos en presencia de un tipo de politica hortelana: no como pero tampoco dejo comer a los demas. ¿Es ese el caso del transporte en Cuba? Seria verdaderamente lamentable, justo en el umbral del 60 Aniversario de la Revolucion cubana. Para el Partido, el Estado y el Gobierno. Pero tambien para el sufrido pueblo cubano. Se deberia, por tanto, evitar de alguna manera.
Lo recomendable seria dar paso irrestricto, incluso promocionar y facilitar el transporte privado y en esto los emprendores cuentapropistas en el sector tendrian la solucion en sus manos. El Gobierno deberia darles la palabra y la libre capacidad de accionar a ellos. ¿Sera capaz de acerlo o el miedo al cambio paralizara el accionar oficialista de todos sus actores? ¿Hasta cuándo? Vivir para ver.