A juzgar por los actuales precios que en el mercado informal poseen ciertos productos cárnicos que, a raíz de la crisis económica se han convertido en la proteína básica para muchos; no resultaría descabellado suponer que la mayoría de los cubanos terminarán por implementar a la fuerza una dieta netamente vegana.
Privados casi por completo de la proteína en todas sus variantes, los cubanos deben ingeniárselas (casi de manera mágica) para poder adquirir en el mercado informal los clásicos productos que se comercializan a precios tan escandalosos como abusivos.
Con relación a la proteína animal, los célebres “perritos”, picadillos mixtos y paquetes de pollo, alcanzan un elevadísimo valor que aumenta cada semana sin miramiento ninguno; por no mencionar el polémico tema de la carne de cerdo. De manera que cada día, son más los cubanos que se quedan sin poder llevar a la mesa el imprescindible “plato fuerte”.
En estos momentos, en la capital, los picadillos mixtos “Cocinerito” y el paquete de salchichas de 10 unidades se comercializan en el mercado informal por el precio de 300 C.U.P; mientras que los paquetes de pollo alcanzan un valor de entre 1800 y 3000 pesos, dependiendo de su pesaje.
Con relación al huevo, la otra proteína que históricamente nunca faltaba en la dieta del cubano (precisamente por su venta liberada en establecimientos estatales y por sus módicos precios de comercialización), ha pasado a ser un alimento tan inusitadamente caro, como escaso
En la actualidad, un “cartón” de 30 huevos se vende en el mercado informal a 2000 pesos o más, lo que equivaldría a la exorbitante cifra de más de 65 pesos por unidad; de manera que un trabajador estatal o un jubilado, no pueden ni remotamente soñar con acceder a este exclusivo manjar.
Así, privados de carnes, huevo y leche, la realidad alimentaria cubana sobrepasa cualquier ficción, y la asimilación de estilos nutricionales veganos sobre los que muchos bromeaban al comienzo de la crisis, parecen avecinarse irremediablemente cada día más.