En reunión realizada en el Teatro Bayamo de la ciudad capital de la provincia de Granma, la Empresa Provincial para la Protección de la Flora y la Fauna comunicó a 844 pescadores titulares de licencia de pesca deportiva que tienen prohibido pescar en ríos, presas, micro presas y lagunas debido a que todas las especies han diezmado su población y de continuar con la pesca libre corren peligro de extinción.
Los pescadores con licencia y los furtivos que se sorprendan pescando o trasladando pescado serán multados con hasta 5 mil pesos cubanos, equivalentes a 208 UDS, y como medida accesoria se le decomisarán los medios de pesca y de transportes. El resto de los pescadores que no participaron en la reunión debían ser informados por la Empresa y por los presentes en el teatro en ese momento.
El total de los 2644 pescadores que tienen licencia deberán acogerse a las medidas que se están tomando para evitar la extinción de peces en esta provincia y provincias aledañas que tienen el mismo problema.
Esto fue informado luego de que la mayoría de los pescadores pagaran en este mes de octubre los tributos atrasados por la Covid 19. Sorprende que en ningún caso fueron informado previamente al pago lo que trae como consecuencia que estas personas estén inconformes y, según dijeron, algunos seguirán pescando.
Los pobladores de la localidad de Flora, en el municipio Bayamo, informaron la presencia de inspectores. Este lugar es sitio obligado de tránsito para llegar hasta las presas Cauto el paso, entre las de mayor capacidad de este país, y la presa que lleva el mismo nombre de la localidad antes mencionada, lugares tradicionalmente con mayor afluencia de pescadores por las posibilidades de pesca.
Sin embargo, los pescadores pertenecientes a las empresas estatales, quienes abastecen el centro de elaboración de esta ciudad, continúan su labor sin interrupciones.
Según aseguran algunos pescadores, la realidad no es que se estén extinguiendo los peces, sino que la escasez de productos cárnicos obliga al Gobierno a explotar aún más la pesca para tratar de surtir los mercados con subproductos como la croqueta, jamonada, picadillo e incluso chorizo de pescado de agua dulce.
Lo que se puede apreciar es que los mercados minoristas estatales de venta libre están abasteciendo sus neveras con los subproductos antes mencionados por la falta de cerdos y aves para elaborar otros.