El gobierno cubano aplica un sistema tributario de carácter progresivo; pese a ello, recrudece los impuestos a las MIPYMES privadas nacionales para hacer frente a un déficit fiscal ascendente a valores cercanos a 1 928 238 060 USD al cierre de 2021.
Sostiene impuestos trimestrales del 35% sobre las utilidades y mensuales del 10% sobre las ventas minoristas y servicios a particulares; así como, del 14% de contribución a la seguridad social y 5% por la utilización de fuerza de trabajo sobre el total de remuneraciones pagadas a los empleados.
Y con esta presión fiscal del 42% soporta los elevados gastos públicos; pero que, indudablemente se han de ajustar a los Ingresos al Presupuesto del Estado porque de no hacerlo, terminará afectándose la inversión extranjera a corto y mediano plazo.
Es prudente tomar medidas para frenar el crecimiento del déficit fiscal de la nación sin provocar una disminución en las partidas de gastos públicos; porque es ahí donde se generan puestos de trabajos en los cuales se involucran los sectores sociales más vulnerables.
Una alternativa exitosa es la liberación de los servicios profesiones, orientándolos a la oferta particular o doméstica, dado que su transvase al sector privado mejora la distribución de la carga pública y mediante el pago de impuestos contribuirá a disminuir el déficit fiscal.
De esta manera; se podrá financiar el gasto público a través de un incremento en los ingresos al Presupuesto del Estado por concepto de impuestos pagados por el sistema empresarial nacional y alcanzar un PIB de 105 368 200 000 USD, previsto por el Banco Central en el 2021.