Uno de los sectores poblacionales más representativos, vinculados al programa del Sistema de Atención a la Familia (SAF) resultan ser sin dudas, los adultos mayores; quienes a raíz de la implementación del ordenamiento monetario, se han visto considerablemente afectados a causa de los precios no subsidiados de los productos ofertados en las unidades gastronómicas que prestan este servicio.
Ante esta realidad, la Resolución 142 del Ministerio de Comercio Interior aclara que la misma se debe a “el costo de la materia prima, los gastos directos y otros gastos asociados a la fuerza de trabajo directa y una tasa mínima de utilidad”. No obstante, a pesar de que los precios no deben sobrepasar los 13.00 cup por ingesta sin incluir desayuno, el bolsillo del jubilado asistido continúa sufriendo.
Por lo que, si solamente se accede a una ingesta diaria (almuerzo o cena), el precio mensual arribaría a 403.00 cup en meses de 31 días. Mientras que, si se solicitaran ambas ingestas, el monto ascendería a 806.00 cup mensuales, cifra que resulta en extremo elevada, si se tiene en cuenta que la pensión mínima por jubilación en Cuba es de 1528.00 cup.
Es necesario además tener en cuenta que, dos porciones diarias no resultan suficientes para suplir las necesidades alimenticias y nutricionales de cualquier individuo, mucho menos si se trata de adultos mayores, por lo que sus ingresos deben estar destinados, además, a la bien compleja adquisición de aquellos otros productos que intenten balancear su dieta cotidiana.
Por ello, se torna cada vez más necesario y urgente, que el Sistema de Comercio continúe estudiando y modificando de manera continua y positiva, cada uno de los precios de sus productos y ofertas; de manera que la condición de vulnerabilidad de estos beneficiados sea respetada y protegida, no solo desde la óptica social, sino también desde la económica.