La situación del transporte en Cuba, cada día empeora y lejos de ser una prioridad se ha convertido en un elemento generador de malestar y desánimos en la población.
En los lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución para el período 2016-2021, en el acápite X, referido a política para el transporte, se expresa… Incrementar los niveles de satisfacción de la demanda de transportación de pasajeros, con estabilidad y calidad, en un ambiente de integración multimodal con la participación de las diferentes formas de gestión, que facilite la movilidad de una población que envejece, en función de sus necesidades y las de la economía. Prestar especial atención a las zonas de difícil acceso.
Cuán lejos estamos de ello si observamos la cantidad de horas que pasan las personas de a pie en las paradas que, para trasladarse a sus centros de trabajo, además de madrugar y esperar más de una hora, tienen que montarse en ómnibus repletos y viajar apretados, incómodos, con personas encima de ellos, en muchos casos mal olientes y con aliento etílico. En muchos casos hacer cambios y combinaciones, que un viaje de una hora se te convierte en tres.
Creen que cuando llegan a sus centros de trabajo, consulta médica, escuelas, o la gestión que vayan a realizar poseen la motivación, o estado emocional para un comportamiento adecuado, o estén en condiciones de producir o prestar un servicio de calidad.
Si vamos al transporte interprovincial, también es una odisea, desde que inicias las gestiones para sacar el pasaje, hasta que te montas en el ómnibus o el tren; son múltiples las dificultades y malestares que tienes que pasar.
En las agencias de reservación de pasajes prevalece el mal trato al cliente, demoras en la venta de pasajes, poca disponibilidad de pasajes en función de la demanda.
Las personas que acuden a este servicio desean viajar con rapidez por lo que un sistema de venta lento e ineficiente incide en una percepción negativa del mismo. Todo esto trae aparejado malestar en el personal, pues las colas son extensas y hay que estar en la estación en horarios donde resulta difícil la transportación para llegar. Además, estas personas interrumpen su descanso nocturno para poder adquirir la reservación.
Las condiciones de las estaciones tanto de ómnibus como trenes no tienen las mejores condiciones en cuanto a comodidad, limpieza, atención, información y oferta gastronómica.
En cuanto a la puntualidad en las salidas y llegadas no siempre el servicio cumple con el itinerario establecido, ya que en muchas ocasiones se atrasan los horarios por desperfectos técnicos.
Por ejemplo, en lo referido a la trasportación por trenes, el servicio de merienda es muy poca, no hay variedad en la oferta y aquellos que adquieren el boletín en última hora no se les da derecho a obtenerla.
No todos los coches están climatizados, por lo que la temperatura, sobre todo en tiempos de calor genera insatisfacción e incomodidad en los pasajeros. Estos coches no poseen televisores, y aunque disponen de medios de audio no siempre funcionan.
En el caso de los coches climatizados se aprecia poca variedad en la programación y es frecuente que en un mismo recorrido se repiten entre tres y cuatro veces el mismo programa, además el audio se pone muy bajo y no se escucha.
Todavía queda mucho por hacer en el mejoramiento del servicio del transporte de pasajeros, tanto urbano como interprovincial para brindar un servicio de excelencia y calidad que satisfaga las necesidades del pueblo.