Los decisores del gobierno cubano tienen ante sí una tasa cambiaria de 250 CUP x 1 USD en el mercado informal de divisas, que daña a los sectores más vulnerables de la sociedad.
A ellos; vale sugerirles eliminar el cautiverio que hoy sufre la empresa estatal socialista y abrir el mercado interno a su participación; iniciando la venta a la ciudadanía de MLC.
Imaginemos a los trabajadores que perciben salarios por 4 500 CUP y que apenas acceden a bienes, cambiar 250 CUP x 1 MLC para comprar alimentos y productos de aseo en dichas tiendas.
Los consumidores podrán adquirir los bienes elaborados y comercializados por su empleadora – la empresa estatal socialista – previamente beneficiada por el abaratamiento de los costos de mano de obra.
Además; captaría el sistema bancario y financiero suficiente circulante a la brevedad, accedería la población a un mercado que compite con la oferta de las mipymes y tal emulación bajaría sus precios.
Sólo así la Empresa Estatal Socialista vencería los retos que supuso la implementación de la Tarea Ordenamiento y garantizaría su rol protagónico en el mercado interno, tras sobrevivir al proceso inflacionario.
De nada vale la tesis que obstaculiza de modo imperativo la aprobación de mipymes comercializadoras con la idea de evitar la especulación, mientras no se sostengan las ofertas en el mercado nacional.
Los “fetiches del mercado” de Miguel Díaz-Canel, se pueden enfrentar también mediante la propia dinámica del mercado, todo es cuestión de ofrecer a la ciudadanía libertad en el acceso al consumo.
Vuelvo a insistir en la necesidad de acercarnos desde el centro político a cooperar en la solución de los conflictos en nuestra realidad y en torno a los valores de la Economía Social de Mercado.