Tras más de 20 días del día “0” y de la entrada en vigor de la Tarea Ordenamiento, los ciudadanos cubanos de a pie no nos a los altos precios que ha cobrado la vida.
Algunos dicen que es un tema de números, de adaptarse a los números. Que para eso subieron los salarios, las pensiones y las jubilaciones. Pero no deja de ser un impacto grandísimo cuando compras una Col en un Mercado Agropecuario Estatal, una simple col, y tienes que pagar por ella 48.00 pesos. Lo mismo ocurre con la calabaza, una simple calabaza te puede costar 52.00 pesos.
Un dulce que en diciembre lo comprabas a 1 o 2 pesos, hoy es a 5 o 6. La pizza de 10, 12 o 15, hoy es a 30.00 o 40.00 pesos, incluso a más.
Los productos de la canasta básica normada que se entregan en las bodegas por la libreta de racionamiento tienen precios de infarto, me comenta una vecina de 10.00 y tantos años. Y la calidad continúa igual de mala. Me ofrece su libreta para que compre para mi consumo el picadillo normado ya que ella no está dispuesta a pagar 15.00 pesos por una libra y dan a media libra por consumidor. Producto este que luego de comprarlo notamos realmente la mala calidad. Una masa muy líquida, con olor ácido y un color entre rojo y verde.
La balita o bombona de gas licuado de 10 kg (GLP) hoy se paga a 180.00 pesos, y nosotros consumimos una mensual, me comenta un profesos jubilado que vive con su esposa, suegra y un cuñado encamado y solo perciben jubilaciones mínimas él y su esposa y al cuñado le dan una pensión por incapacidad.
Tenemos una gran expectativa para cuando venga la cuenta de la electricidad con los valores nuevos. Y la del teléfono… Estamos pensando seriamente en vender el aire acondicionado. Me comenta un amigo que trabaja en una empresa del sector estatal. Es que el costo de la vida se ha disparado y hay que limitar ciertos lujos.
Y así va la vida de los cubanos, entre incertidumbres y malos augurios.