El Ministerio de Finanzas y Precios emitió la Resolución 81/2022, que establece la descentralización de precios minoristas en CUP de productos comercializados por las cadenas de tiendas, exceptuando aceites comestibles, pollo, picadillos, rones y productos de higiene y aseo, de línea económica.
Aquí es importante señalar; los Presidentes de Grupos de Administración Empresarial reciben cierta “autonomía” para regular los precios minoristas de productos destinados a la venta en las Cadenas de Tiendas de su atención, cuando así lo requieran.
Y se abre el camino hacia una reforma tributaria, que parte de la necesidad de minimizar el impacto negativo del actual proceso inflacionario sobre la empresa socialista y la conveniencia de modificar la obsoleta política de precios, tras el fracaso de la Tarea Ordenamiento.
Mientras; la banca nacional continúa aplicando una tasa de convertibilidad fija de 1 MLC x 24 CUP, que difiere de la realidad del mercado nacional donde hoy su canje informal se eleva hasta 1 MLC x 120 CUP, lo que abarata aún más costos de mano de obra.
La medida inicia el trasvase de la crisis estructural del sistema empresarial estatal hacia la ciudadanía – afectando con un alza de precios el consumo de la sociedad – frente a los bajos niveles en la oferta, acompañada de una alta demanda insatisfecha.
Ante ello; se han de eliminar los mecanismos de control del Banco Central, institución que desconoce las reservas de valor en dólares americanos de los cubanos y almacena más títulos públicos que base monetaria al financiar el gasto público no social.
Vale crear un sistema de bancas de inversión donde los actores del mercado no paguen con un alza de precios de los combustibles en una eventual reforma tributaria, que dañaría a las nuevas micros, pequeñas y medianas empresas privadas nacionales.