La Habana. Mañana dominguera del 25 de junio. Sol implacable que provoca un calor sofocante que incomoda a los viandantes que transitan por la Calzada de Managua, arteria principal que atraviesa parte del periférico y obrero municipio de Arroyo Naranjo.
Sin dudas uno de los elementos que forman parte de este paisaje citadino es el pregonar de los carretilleros o vendedores de productos agrícolas en forma ambulatoria, los cuales comercializan sus productos agrícolas en cualquier esquina siempre que no sea la principal. De hacerlo, corren el riesgo de ser multado por los funcionarios del cuerpo de inspectores de la Dirección Provincial de Inspección y Supervisión, DIS.
Así debe ser. No como realmente ocurrió el infausto domingo 25 cuando de manera arbitraria los vendedores de productos agrícolas fueron desvalijados, despojados, asaltados, robados… nada menos que por la policía llegada en patrulleros que fueron situados convenientemente en puntos estratégicos de la Calzada de Managua. ¿Los inspectores del DIS? Brillaron por su ausencia.
¿Qué pasó con los vendedores afectados `por las autoridades? ¿Quién defendió sus derechos?
Las respuestas se reducen a encoger los hombros, negar con la cabeza y la vida sigue igual. El próximo domingo, el otro y el otro, seguiremos asistiendo a esta realidad cubana que pareciera no tener solución: la fuerza púbica de conjunto con el DIS o per se actúan impunemente en contra de los trabajadores por cuenta propia. Por ello las denuncias de situaciones similares seguirán apareciendo en este sitio.
28 de junio de 2017