En 2014, y después de 16 años de trabajo ininterrumpido, la agrupación musical cubana Remanente fue excluida del Centro Nacional de la Música Popular, sin otorgársele garantía laboral o salarial a sus integrantes, denuncia Carlos Julián Ochando, uno de los afectados.
Este baterista, sin otra alternativa laboral en el mundo de la música, lleva tres años trabajando como personal de seguridad nocturno en un centro docente de La Habana, trabajo por el cual percibe un salario mensual de 420 pesos. 1.
En el ínterin, el denunciante Ochando y otros cuatro músicos de diversas procedencias pero con igual interés y motivaciones por el género reggae, han unido esfuerzos y sueños en una nueva banda musical que pretende posicionarse en la capital como una agrupación de música caribeña. “Tenemos talento y deseos de hacer buena música”, refiere el músico con brillo esperanzador en su mirada.
Solo pide que se les ayude y precisa que no es un mero reclamo salarial. En Cuba es obligatorio que todos los músicos tengan una evaluación técnica emitida por el oficialista Instituto Cubano de la Música así como pertenecer, mediante contrato de representación, a una entidad artística estatal encargada de los vínculos contractuales de sus representados por cuya gestión les paga un salario.
Estos cinco artistas, de los cuales solo dos, entre ellos Carlos Julián, tienen evaluación como músico; se afanan en buscar sin éxito entre los entes monopólicos del Ministerio de Cultura, una empresa que los represente en el escenario musical de la Isla.
Hemos contactado con las empresas como la Adolfo Guzmán y la Benny Moré, respectivamente, y se nos dice que no podemos pertenecer a ellas porque son «una empresa de música popular cubana» o «de orquestas elites del país». Así de simple, es decir, que la música que hacemos nosotros no es popular, siendo caribeña, y conocida en todo Cuba.
A una pregunta de este observador económico sobre porqué ocurre esto, responde: «Mira, desde mi punto de vista es problema de color de la piel y prejuicio…, miedo al reggae…, yo soy rasta y se me mira mal…; cómo me visto, cómo pienso, hasta cómo hablo por ser emigrante de la región oriental», dice con voz enérgica, y añade: «Tengo que decirlo así y sin que me quedé nada por dentro, porque si le digo lo contrario le voy a mentir y me voy a mentir yo mismo. Y yo no me puedo mentir más porque yo tengo 53 años y llevo mucho luchando por la música y dándole dinero al país y hoy no tengo ninguna posibilidad para seguir trabajando la música que quiero y se hacer. Solo quiero la oportunidad de demostrar nuestro talento y deseos de trabajar.«
Para el observador económico, quien está a la espera de la respuesta a la solicitud enviada al Centro Nacional de la Música Popular y al Ministro de Cultura, respectivamente, en este caso el estado cubano al favorecer que los empleadores estatales llevan a cabo discriminaciones en la contratación por razones de sexo, raza u afición cultural, incumple sus obligaciones de garantizar a los cubanos y cubanas el derecho a acceder al trabajo sin discriminación y a la libertad de elección de empleo.
10 de abril de 2017.
- Cuantía que representa solo el 70% del salario promedio nacional de 2016 y el 23% de lo que se requiere para satisfacer las necesidades básicas en las esferas material y espiritual a los niveles de inflación que afecta el entorno macroeconómico de la Isla. Para más información, consúltese: “La estabilidad macroeconómica y el sistema salarial cubano”, el cual puede solicitarse a escribaníarosello@gmail.com ↩