El gobierno cubano aplica medidas superficiales, muchas de castigo a la población, y mucha propaganda política frente al coronavirus.
Desde el 11 de marzo que se confirmó los tres primeros casos de coronavirus en Cuba hasta el 21 de marzo, el gobierno no cerró fronteras y estimuló al turismo extranjero a visitar Cuba, “un lugar seguro” frente a la pandemia mundial por sus “altas temperaturas” y su dizque ejemplar servicio de salud. Esta irresponsabilidad se debe a los militares cubanos que se dedican a lucrar con el negocio del turismo en Cuba y monopolizan su explotación a través de GAESA. En el momento de cerrar sus fronteras el 21 de marzo, quedaron varados en el país, 60,000 turistas extranjeros.