Desde sus inicios en el 2010 hasta enero de 2020 el sector cuentapropista ha mostrado una dinámica de crecimiento de un 59 %, que suman la cantidad de 459234 personas registradas legalmente en todo el país, sector donde se emplea el 30% de la fuerza de trabajo de la Isla y que contribuyó aportando el 13 % del Presupuesto del Estado a través del pago de obligaciones tributarias.
En 2020 el sector privado cerro el año con 459234 personas registradas legalmente como trabajadores por cuenta propia. Aunque el cuentapropismo ocupa el 13 % de la fuerza laboral ocupada, solo aportó el 10% del presupuesto general del Estado.
A pesar de su baja incidencia en el crecimiento económico del País, el sector ha tenido un impacto positivo en la oferta de bienes y servicios de consumo, así como fuente de ingresos alternativa a los deprimidos salarios y pensiones.
Anunciado el alcance de lo que el régimen cubano ha definido como política de perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia, con la novedad de la eliminación de la lista de las 127 actividades permitidas desde 2010, queda claro que en Cuba los profesionales universitarios no desplegarán todos sus capacidades y competencias. En definitivas el régimen sigue implementando contra viento y marea su modelo económico oficial plasmado en el Titulo II de la Constitución y en los lineamientos de la política económica y social del Estado, en virtud del cual la propiedad de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción es la forma de propiedad principal y la privada es dependiente y subordinada.
Por su naturaleza emprendedora, el sector privado expresa el pluralismo sumergido y constituye plataforma contracultural para la reflexión cívica. Solo en el pasado año marcado por la combinación de la crisis económica y sanitaria, el Observatorio de Derechos Económicos registró 47 eventos de protesta y reivindicación de los derechos económicos protagonizados por los cuentapropistas cubanos.